My Roommate

Habíamos estado separados mas de tres días, no podía soportarlo más. Te extrañaba y sabia que tú a mí también.

Te necesitaba.

Mi cuerpo te necesitaba.

Tan solo el recordar aquella llamada de Wookie mientras yo estaba en Sukira, recordar tu voz buscando mi atención…

-¡My roommate! ¡My roommate!

Recordar…

Recordar tus manos recorriendo mi cuerpo.

El dulce sabor de tu boca… de tus adictivos besos.

Comienzo a excitarme tan solo de recordar la “despedida” que tuvimos antes de que te fueras a los conciertos de SJ-KRY.

Pero la puerta del dormitorio se abre justo antes de que decida darme un poco de consuelo a mi mismo.

Eres tú.

Me lanzo a tus brazos y hago que nuestras bocas se encuentren. Rápido. Muerdo tus labios. Sueltas un gemido, lo disfrutas, pero aún así me separas de tu lado.

-tengo hambre

-pero Kyu, podemos comer después – estoy seguro de que mi mirada demuestra todo el deseo que te tengo, agrego un puchero, pero no funciona.

-tal vez después Min, de verdad tengo demasiada hambre y me sorprende que tú no quieras comer

Me resigno y comemos un plato de U Dong. Delicioso pero no me satisface.

-Kyuhyun… ¿ya?-Ruego. No. Suplico.

Sonríes pícaramente. Tentadoramente.

Sabes que me tienes atrapado.

Que haré todo lo que me pidas.

Y te apiadas de mí.

Te acercas y tus rápidas manos comienzan a desvestirme con exceso de facilidad, en cambio, yo trato de desabrochar tu camisa, pero los botones siempre han sido mi problema.

Besas mi frente y luego mi boca mientras me empujas a la cama; mis piernas se abren automáticamente y tú las tomas y las levantas…

Duele.

Duele placenteramente.

Penetras duro y profundo desde el comienzo, embestida tras embestida te robas mi energía y mi cordura, me pierdo entre gemidos.

-¡Más! –es todo lo que alcanzo a decir, y me haces caso.

Por unos segundos soy capaz de mirarte a los ojos, disfrutas verme en mi delirio, perdido en aquel éxtasis y sonríes, sonríes de medio lado.

Cambias el ritmo.

Ahora es suave, lento, permitiendo respirar, sentirte plenamente dentro de mí.

Y te detienes…pero tu mirada sigue fija y tu sonrisa no se borra.

-¡ah! Ky…Ky…Kyu…¡Kyuhyun!

¿Juegas con mi mente?, las embestidas vuelven a ser rápidas y estoy seguro que llegas a los lugares más profundos de mi ser. Una, otra y otra vez. Y más.

No puedo hablar.

No puedo respirar.

Me estas haciendo disfrutar como nunca antes.

Mi espalda se arquea, se me tensan todos los músculos del cuerpo, incluyendo algunos que ni sabía que tenía, estrujo las sabanas entre mis manos y gimo, tanto y tan fuerte, que estoy seguro que todo el edificio me ha escuchado.

Estoy empapado y no solo con mis fluidos, tu semilla también baña mi entrepierna.

Mi cuerpo, ahora laxo, se siente mejor que si estuviera sobre una nube.

Ha sido tan bueno, que en mi nuevo estado de seminconsciencia, no se si lo que sucedió fue real o el producto del mejor de mis sueños.

Tratas de calmar tu respiración. Te levantas, tomas tu playera verde del piso y comienzas a vestirte.

-¿qué haces? –regreso en mí sin entender por qué te has ido de esa forma

-tengo cosas q hacer

-¿qué cosas?

-¡llevo 3 días sin videojuegos!

-pero Kyuhyun… quédate a mi lado un ratito más…

-tal vez luego Minnie, descansa un poco mientras juego

Mis eternos rivales, los videojuegos, se han apoderado de ti ahora; me indigno y me envuelvo en las sabanas húmedas, mi ceño fruncido te ataca, pero no te inmutas, es más, ni siquiera lo notas.

Me levanto, completamente desnudo y me coloco entre la pantalla y tú. Tratas de ignorarme y ladeas la cabeza para continuar jugando.

-¡Kyuhyun!

-Minnie… Solo jugaré un rato-pero no me convences de moverme un solo centímetro.

Aprovecho que estas sentado y me montó en tus piernas, tratas de esquivarme, pero tiro tu control de un manotazo e inmediatamente tus manos se dirigen a mi cadera, y me correspondes.

Mi boca se refugia en tu cuello, lamiendo, besando y dándote ligeras mordiditas.

-Minnie… es que… estoy muy cansado… -diriges tu mirada hacia abajo y ahora comprendo a que te refieres con “cansado”, entiendo porque quieres esperar, pero yo no puedo.

Te saco la playera, y recorro con mi lengua de tu cuello a tu pecho, me detengo en tus pezones, tus deliciosos pezones, sé que te encanta y no me detengo, mis manos se encargan de desabrochar tus pantalones y tus caderas comienzan a hacer ligeros movimientos de vaivén, “alguien” ha despertado.

Me arrodillo a tus pies e introduzco tu miembro entero en mi boca, subo, bajo, subo y mi lengua se entretiene en la punta, juguetea y te escuchó disfrutar, cierras tu mano en mi cabello y me empujas abajo, y obedezco. Vuelves a tirar de mi cabello, pero esta vez, haces que me levante, te quitas lo que resta del pantalón y me indicas que me siente sobre de ti.

-Kyuhyun… creo que…-en esta posición se supone que yo controle el ritmo, pero aún sentado, tú me guias en un placer indescriptible- creo… nos… nos vamos a caer –pero me ignoras y no me importa mientras no te detengas

Estamos por llegar al clímax, me masturbas para que lo hagamos juntos. Y la silla que nos sostiene colapsa. Nuestra “inspiración” se corta y ambos terminamos en el suelo, mejor dicho, tú en el suelo y yo sobre ti.

Nos miramos y comenzamos a reír, nos levantamos y un quejido me hace mirarte, tu brazo ha terminado lastimado, la caída ha dejado un gran raspón.

-¡vaya! Eso será difícil taparlo con maquillaje…¿qué dirás cuando te pregunten qué te paso?

-tengo una idea – te pones tu playera y buscas tu móvil. Tomas una foto donde el protagonista es tu dañado brazo y ríes- listo, ahora nadie sospechara nada.

Miro lo que has hecho, has twitteado la foto acompañada de una absurda explicación:

“mientras esperaba el concierto de SMtown, me estaba meciendo y jugando a un video juego y me caí de la silla…ㅠㅠ Yo estaba solo pero aun así decía » me duele , me duele» rodando alrededor luego mi brazo se convirtió en esto!!!”

-ya es raro que twittees, aún mas raro es que pongas una foto donde la gente se pueda burlar de ti, nadie te va a creer

-te digo que funcionará- niego con la cabeza y regreso a la cama

-mejor vamos a dormir un rato

-solo un rato – te acuestas a mi lado y me abrazas.

Ahora puedo perderme en tus brazos y en mis sueños.

-te extrañe Kyuhyun

-y yo a ti conejito –besas mi frente y cierro mis ojos. -te amo.

Aún no es tarde.

Sostengo tu mano.

Está fría.

Estás completamente helada nena.

No se suponía que fuera de esta manera, por todo lo que pasamos juntos, por todas las promesas, todas las tardes de otoño que compartimos y todas las tazas de café que bebimos.

Prometiste que estarías conmigo hasta el final de mis días pero me has dejado. No. He sido yo quien te ha alejado de todos, pero es mejor así, confía en mí.

Por lo menos ahora escuchas mis palabras, ¿lo haces verdad? Oh! Amor, realmente hiciste que las cosas que se complicaran. Pero aún no es tarde.

Mira el ocaso.

Es Octubre cariño, nuestro mes favorito.

Atardeceres tempranos.

Te vez hermosa, en paz; jamás te había podido admirar de esta forma, jamás me diste la oportunidad de hacerlo, tus mejillas son tan suaves al tacto, pero se ha desvanecido su color rosado. Tus labios pierden poco a poco su dulzura y tus ojos comienzan a apagarse. No importa. Nadie en esta vida, o en la otra, a la que ahora perteneces, luce mejor que tú.

El rojo te queda bien.  Todos los colores, en ti, eran hermosos.

Ríos rojos que tal vez debería limpiar, pero no tengo fuerzas. No quiero alejarme de ti ahora.

Mi corazón late rápidamente, en contraste al tuyo inerte.

Tu respiración ha cesado, pero,  yo aun puedo aspirar tu dulce perfume, una última vez.

Tan solo quería demostrarte cuanto te amaba. ¿Alguna vez te importó?

Si tan solo no hubieses besado esos labios.

Si tan solo hubiese sido yo.

Pero aún no es tarde.

El filo es suficiente para uno más. Veinticuatro más uno. Solo necesito uno.

Mi sangre mezclándose con la tuya.

Cariño, es hermoso.

Veinticinco de Octubre.

Será una noche fría. Pero no importa, por que ahora estaremos juntos.

Para siempre.

MOUSSE DE FRESA

Tragarme mi orgullo y pedirte perdón.

Esta es la decisión más difícil que he tomado, pero te amo y estoy dispuesto a recuperarte. De camino a tu casa compro un mousse de fresa, sé que te encantan y planeo usarlo como un chantaje, eres de esos hombres a los cuales se les conquista por el estomago.

Toco la puerta, una, dos, tres veces y nadie responde, pero te conozco bien, busco entre las macetas de la entrada, hay una copia de la llave y decido esperarte adentro.

Tu aroma invade cada rincón de aquel lugar, es un aroma dulce, suave y adictivo; mecánicamente me dirijo a tu habitación, hace ya casi tres meses que no he estado allí, coloco el mousse sobre la mesita de noche y me recuesto, te imagino a mi lado, recuerdo todas aquellas noches que estuvimos juntos.

-solo tomaré mi chaqueta y nos vamos- haz regresado, acompañado; escuchó tus pasos, te diriges a tu habitación. Me pongo nervioso, aquella situación no es lo que esperaba, miro a mi alrededor, un escondite, eso es lo que necesito ahora.

Salgo al balcón y espero que te vayas pronto.

-o tal vez podamos quedarnos a jugar un poco – abro un poco la cortina para poder ver a tu acompañante, alto, delgado, cabello castaño, quien lentamente rodea con sus brazos tu cintura.

-basta, le dijimos a ShinDong que llegaríamos temprano

-Min, estoy seguro que a él no le importara si tardamos un poco

Ruego porque insistas en salir de ahí pero, no es así, aquel chico comienza a besarte y tú le correspondes, rodeas su cuello con tus brazos, y sus cuerpos se juntan cada vez más. Él comienza a desabrochar tu camisa, y tú niegas haciendo un puchero, pero no haces nada para evitar que él continúe, muerde tus labios y dices su nombre.

-oh! Hyuk…

Cierro la cortina, respiro profundamente. Por favor que esto termine ¡ya!

-Hyuk…Hyuk…

El morbo se apodera de mí, vuelvo a levantar la cortina justo para ver como él se deshace de tus bóxers e introduce a su boca tu miembro despierto, me estremezco al ver aquel sube y baja, se detiene en la punta y juguetea con su lengua haciendo que comiences a gemir mientras tu espalda se arquea y jalas de su cabello.
Su lengua recorre desde tu vientre hasta tu cuello deteniéndose un momento en tus pezones, que se endurecen al tacto, juntan sus bocas en un apasionado beso que solo rompe para susurrarte algo mientras sonríe maliciosamente.

Te sonrojas, besas su nariz y mientras él se incorpora para quitarse lo que le resta de ropa tú te giras hasta quedar bocabajo.

Me cuesta trabajo pasar saliva, deseo voltear y dejar de ver aquella escena pero ninguno de mis músculos me hace caso.

Sus bóxers caen al suelo, sube a la cama lentamente hasta quedar sobre ti, su índice derecho recorre la línea de tu espalda haciendo que tu piel se erice.

-Hyuk… despacio… -tu voz se escucha suplicante, pero él no parece dispuesto a hacerte caso.

Apoya una de sus manos en tu cadera, con la otra comienza a masturbar su erecto miembro durante unos segundos.

-Min, solo relájate –me dan ganas de quitarle esa sonrisa de medio lado de un golpe. Quiero gritar, quiero detenerlos, pero sigo ahí, tan solo de espectador.

Gritas, Hyuk lo ha introducido todo de una sola vez, mi corazón se acelera al igual que las envestidas que él te da, una, otra y otra vez, tu respiración se vuelve más agitada y tus gemidos aumentan de volumen, gritas su nombre pidiéndole que no se detenga, a pesar de que te duele pides mas.

Y pensar que yo siempre fui cuidadoso contigo…

La mano del castaño busca desesperadamente tu miembro sin detener las embestidas, lo toma con fuerza y comienza a darte más placer…

-ah…ah… Hyukkie… Hyukkie… ¡HYUKKIE!

Tus lágrimas se confunden con el sudor de tu cuerpo…

-Min…yo… – su mano se vuelve mas rápida y sus movimientos parecen poseer una fuerza extraordinaria…

Un escalofrió recorre mi cuerpo…

Sus respiraciones parecen sincronizarse, Hyuk se arquea deteniéndose por completo, un liquido blanco recorre tus nalgas… otro sale de tu miembro cubriendo la mano de aquel chico…

Tus brazos flaquean y caes completamente sobre la cama… él se acuesta a tu lado y te acurrucas en su pecho…

Me siento en el piso y me recargo en la pared… no sé como sentirme después de verlos… trato de tranquilizar mi ritmo cardíaco, trato… trato de tranquilizar mi cuerpo…

Miro mi entrepierna… “alguien” mas está alterado… me siento sucio…

Dos horas… la noche ya ha caído pero eso ha sido lo que tuve que esperar hasta que se quedaron completamente dormidos, abro la puerta del balcón, entro a tu cuarto y me acercó a tu mesita de noche.

-ni siquiera notaste el mousse- pasó mi dedo índice por aquel postre y lo pruebo – te hubiera encantado

Salgó de tu cuarto… de tu casa… de tu vida…

-No quiero volver a verte Lee SungMin…

CAFÉ

Llamaste mi atención desde que cruzaste aquella puerta, te seguí con la mirada mientras tú buscabas una mesa vacía.
Miro esa silla blanca que después de tanto tiempo aun conserva tu aroma.

expresso doble, frio – las puntas de tu cabello goteaban, la lluvia había sido la responsable de que buscaras refugio en aquel lugar.

Con la misma bebida, estoy esperándote, como cada día, en esté pequeño Café. Tomo solo un sorbo mientras cierro mis ojos, los recuerdos fluyen junto con la música que solíamos escuchar, mis latidos son mas rápidos cada segundo.

Los nervios se habían adueñado de mí, tu sola presencia me resultaba inquietante, tomé fuerzas de la cafeína y me acerqué a ti.

La primera lluvia de invierno no te ha tratado bien – sonreíste, te ofrecí un pañuelo y secaste tu suave rostro.

Tres cubos de azúcar, este dulce sabor que siempre me gustó, ahora me resulta detestable.

¿Qué se supone que haga con mi soledad? Es demasiado tarde para ir a buscarte.

Nuestras promesas se disolvieron. Nos engañamos a nosotros mismos.

–No te necesito más

–no digas eso

–te odio

–no mientas

Recorro con mis dedos nuestros nombres tallados en esta vieja mesa. No importa cuanto trate de alejar nuestros recuerdos, vuelven a mí una y otra vez, son como pinturas en mi mente, una galería que muestra un amor trágico, obras maestras deprimentes.

Coloco los billetes bajo la taza del café que no bebí, abro el paraguas, es una de las últimas lluvias de invierno.

Mañana volveré, como todos los días. Quizá en algún momento de soledad decidas regresar, yo estaré esperando por ti.

Te hecho de menos.

IIII. GRACIAS KYUHYUN

Eran las 12h55 del 8 de Octubre, habíamos llegado al hospital desde las primeras horas del día, Sandeul había escogido ese día para iluminar nuestras vidas, te habían ingresado al quirófano, vi entrar a todo el equipo médico tras de ti, los nervios y el miedo se apoderaron de mí, pero, quería estar a tu lado en un momento tan importante como ese, me acerqué tímidamente al que parecía ser el doctor a cargo.

-disculpe… yo…¿yo podría entrar?-dije en una voz apenas audible

-¿es usted el padre? –Asentí – vístase y entre- me entregó una bata azul, un gorro y un cubrebocas

Te negaron la anestesia, pues podía ser peligroso para el bebé, te veías asustado, pero no dijiste nada, volteabas a verme y me sonreías.

-respire profundo y comience a pujar por favor- te tomé de la mano y respiramos juntos

-Ah! Ah! –apretabas mi mano con la tuya tratando de reprimir tus gritos- ¡Sungmin!

-solo un poco más amor- comencé a llorar, compartía tu dolor, verte sufrir también me lastimaba a mí, pero, aquellas lagrimas eran, mas bien, lagrimas de felicidad por lo que estaba presenciando

-una vez más señor Cho- tu respiración era pesada, tus mejillas estaban húmedas, pero seguiste obedientemente las indicaciones del doctor.

De pronto, el sonido de un llanto inundó la sala.

Era el ser más perfecto del universo.

No ha existido un momento en el que te haya amado más. Habías traido al mundo a nuestro hijo, fruto de nuestro amor.

-hora de nacimiento: 13h01, sexo: masculino, respiración y ritmo cardiaco: normal- el doctor revisó a nuestro pequeño y se lo entregó a una enfermera para que lo aseara

-te amo- te dije, inclinándome sobre ti para poder besarte- Gracias Kyuhyun

-yo te amo más-dijo él para después dejarse caer completamente sobre la cama, cerró a los ojos y calmo su respiración –¿podemos verlo?

La enfermera se acercó a nosotros y nos entregó, envuelto en una mantita, a Sandeul, lo cargué y lo miré fijamente.

-es demasiado hermoso –expresé, para después colocarlo en los brazos de Kyuhyun

-se parece a ti- comentaste con una ligera risa, besé tu frente y luego la del bebé

..

.

-di “ahhhh”, ¡muy bien amor!

-ese niño, heredó mi inteligencia-entraste a la cocina

-¿has despertado tan pronto?-asientes y comienzo a reír al ver que tratas de darle de comer al pequeño- ya usa el vaso entrenador y comienza a sostener la cuchara -juego con el cabello de Sandeul

-ha crecido demasiado rápido, y tú conejo, eres un excelente padre –me sonrojo- ¿sabes? Eres tan buen padre que yo creo que deberíamos tener otro

-¿eh?-tus palabras me toman por sorpresa- un… ¿un hermanito para Sandeul?-asientes y rodeas mi cintura con tus brazos haciendo que nuestros cuerpos queden pegados –¡Kyuhyun!- no sé cómo, pero logras que me sienta nervioso al sentir tu contacto- no …no enfrente del bebé –digo, tratando de no tartamudear

-¿no qué?-comienzas a besarme y tus manos abandonan mi cintura para comenzar a desabotonar la camisa, trato de resistirme, aunque sé que es inútil- pero ésta vez… –desabrochas la hebilla de mi cinturón- ésta vez tú serás la madre.

III. ¡ES KYUHYUN!

Decidiste que lo mejor era mantener tu embarazo en secreto y sin importar cuantos pucheros hice no cambiaste de opinión.

Durante el Super Show en Macau, descubrimos que la ropa ya te quedaba un poco ajustada, aun asi todos lo atribuyeron a que últimamente habías comido demasiado, en el escenario, no dejabas de correr de un lado a otro, saltabas y hacías lo mismo que nosotros, no querías que nadie notara nada, pero yo no podía evitar preocuparme, aun así me ignoraste a mí y a todas mis peticiones y cuidados.

-Siwon! Quita tus manos de mi novio!-exigí una vez que estuvimos tras bambalinas

-solo estoy ayudándolo a desabrocharse el traje

-¡no me importa! ¡No quiero que lo toques!, ¡durante todo el show has estado pegado a él!

-Minnie tranquilo, Siwon no hacía nada malo –Donghae intervino

-¡Pues ya no quiero que toqué a MI novio! ¡él y yo! –Tomé aire- ¡Él y yo vamos a ser padres!

A pesar de lo que creía, todos comenzaron a felicitarnos, se formaron para abrazarme y decirme que estaban ansiosos por conocer al bebé, de pronto Donghae abrazó mi vientre y comenzó a besarlo mientras decía cosas como “ya deseo conocerte pequeñín”, “estoy seguro que serás muy apuesto y talentoso”, entonces comprendí que se habían confundido.

-¡no! ¡no! ¡no! ¡Basta! –Asusté al pequeño pez que se separó de mi rápidamente- ¡yo no estoy embarazo! ¡Kyuhyun es quien está esperando a nuestro bebé! –lo señalé, todos guardaron silencio, nos miraban incrédulos y yo me sentí por un momento triste, de pronto vi como Donghae se acercaba a Kyu, inclino su cabeza mirando su estomago.

-ya decía yo que estabas engordando un poco-soltó –entonces…- y se agacho hasta quedar frente al vientre de mi novio- ¡¡bebé!! ¡Hola!¡soy tu tío Donghae!- y abrazó esta vez a Kyuhyun, todos comenzaron a reír y volvieron a felicitarnos, expresando abiertamente su sorpresa al saber que era Kyu quien tendría a nuestro bebé y no yo como todos hubiesen esperado.

.
Mantenías tu mirada fija en mí, aun cuando el mesero tomó nuestra orden, tú no dejaste de mirarme un solo instante.

-¿tengo algo en el rostro?

-me gusta tu nuevo corte- dijo mientras tomaba una porción del pastel de chocolate que había pedido

-soy el padre de nuestro bebé y debo parecerlo- extendí mi cuchara y tomé una porción de su pastel

-¡Sungmin!

-¡se me antojo!

-¡El embarazado soy yo! –jaló su plato hasta donde yo no podía alcanzarlo- además, no quiero que engordes- su mirada cambió de pronto, sus labios marcaron una sonrisa de medio lado y volvió a fijar sus ojos en mi- ahora que… podríamos llegar a la casa y bajar esas calorías extras- tomó un bocado de pastel lamiendo lentamente el chocolate restante de sus labios, por acción reflejo lamí los míos también.

-¡No!-moví la cabeza de un lado a otro frenéticamente- ¡nada de eso hasta que nazca nuestro pequeño!

-¡pero Sungmin… aun podemos!- negué, hizo una mueca pero no insistió- ¿has pensado como se llamará? Yo quiero que lo llamemos Kyumin…

-¡Sandeul!

-¿Sandeul?-lo miré de forma suplicante

-Si ese nombre te gusta, estoy de acuerdo-sonrió- ¿vamos a casa? –asentí, él me tomó de la mano y yo lo besé.

II. CELOS

Terminé de pintar el cuarto destinado a nuestro futuro bebé. Rosa, con algunas flores, mariposas y conejos blancos. Había pasado toda la noche trabajando pero había valido la pena.

Caminaste frente al cuarto diciendo mi nombre, acababas de despertar, lucías hermoso, me acerqué a ti y te di un beso de “buenos días”, miraste el cuarto y tus ojos se abrieron como platos.

-¿te gusta?

-Minnie…

-¿sí?- sonreí, esperaba con ansias tu opinión

-¿y si es niño?- te miré confuso

-creo que no importa, sea niño o niña el cuarto es muy lindo ¿no lo crees?-asentiste pero no parecias convencido

-Saldré con ChangMin

-¿Qué?

-esta semana viajaremos a Macau, quiero poder salir con mis amigos antes de eso, y también quiero contarle la gran noticia –sonreiste tiernamente y saliste sin más- nos vemos más tarde

Terminé de preparar la cena, habías pasado todo el día fuera y no sabía nada de ti. Encendí mi laptop, y una nota con tu nombre llamó mi atención, “La Kyuline se reúne antes del SS4Macau”, decidí revisarla a pesar de que detesto todo lo que tiene que ver con tus amigos, aquella nota solo contenía fotos, donde, ChangMin y tú eran los protagonistas, en las primeras se les veía en un restaurante, después caminando en un parque, ¿acaso era una cita? Al parecer no regresarías a cenar y mi hambre había desaparecido completamente.

-Si tiene dos meses… ¿podria ser aquella vez en año nuevo?- miré una y otra vez el calendario- aunque una semana después salió con ChangMin … después se quedó en casa de Minho… ah! y el once de enero visitó a Jonghyun- mi mente divagaba y comencé a dudar si realmente yo era el padre, habían sido contadas las veces que me habías dejado dominar, en cambio, con tus amigos parecías tan dócil; regresé al cuarto del bebé, si tan solo hubiera sido yo el que se embarazado, no hubiese salido de la casa, habría estado todo mi tiempo a tu lado, exigiendo mimos, caricias y esperando que cumplieras todos mis caprichos y antojos, porque… tú habrías cuidando de mí ¿no es cierto?. Mis mejillas estában húmedas nuevamente, no quería perderte, anhelaba que formaramos una familia y seamos felices para siempre – te amo- sollocé para mí mismo.

Era casi media noche, te escuché llegar, subiste rápidamente a la habitación, y te enfrenté tal y como hace dos noches.

-¿Por qué has tardado tanto? ¿has comido bien? No deberías andar todo el dia en la calle, ¡nuestro bebé necesita cuidados! … Si es que realmente es nuestro…

-¿Qué? –Hiciste una mueca-¡SungMin! ¿Qué has dicho?

-¡Siempre estas con ChangMin! ¡él te importa más que yo y estoy cansado! ¿Por qué no vas con él y crían al bebé juntos?

Tal vez así seas más feliz, los dos jugando videojuegos o cantándose románticamente mientras el pequeño llora –dije mientras te lanzaba una almohada

-¿Cómo puedes pensar eso? –contrario a como pensé que reaccionarias, tu voz parecía quebrarse –Si no te amara ¿crees que viviría contigo? ¿Crees que aquella noche te habría dejado estar dentro de mí? ¿Crees que hubiera aceptado cargar a nuestro bebé por nueve meses? ¡Deja de ser tan egoísta! –me acerqué a ti y te abracé fuertemente

-perdóname, tengo miedo de perderte- sentí tus brazos rodeando mi cintura, una de tus manos recorrió lentamente mi espalda hasta llegar a mi nuca, la tomaste guiando mi rostro hasta que nuestros labios se encontraron y me besaste frenéticamente

-se me han antojado unas fresas con chocolate- dijiste de pronto

-¿Qué?-comencé a reír- ya regreso- tomé mi chaqueta, mi cartera, te prometí volver lo más pronto posible y salí del departamento no sin antes robarte un último beso.

Conduje como desesperado por veinte minutos hasta encontrar tu antojo, compré todas las fresas que mi cartera pudo costear en ese momento y regresé a tu lado, pero al entrar a la habitación me di cuenta que ya te habías quedado dormido, besé tu frente y me acomodé a tu lado.

-buenas noches cariño…-sonrío, ahora éramos tres en esa cama- buenas noches bebé…

I. ¡SORPRESA!

Eran las cinco de la mañana, yo no había logrado conciliar el sueño, me preparé un café y decidí mirar nuestras fotos mientras te esperaba. Cinco y media, la puerta se abrió despacio, te asomaste y trataste de entrar silenciosamente.

-¿Kyuhyun-ah? – volteaste hacia donde me encontraba, nervioso, sonreíste.

-¿ya estas despierto?-dejaste aquella pose sigilosa y te incorporaste para quedar frente a mí

-¿Dónde estabas? ¿Por qué no contestabas mis llamadas? ¿Tienes idea de cuánto me preocupé? ¡Nadie sabía nada de ti!

¡No he logrado dormir ni un poco! – solté todo de una sola vez, mi voz se encontraba a punto de quebrarse y yo ya no sabía si era debido a la rabia de no haber sabido de ti en casi veinticuatro horas o a la felicidad que sentía por tenerte de nuevo conmigo.

-fui al médico- parecías estar tranquilo, pero, yo inmediatamente me preocupé, ¿Qué podía ser tan grave como para que estuvieses todo un día en el hospital?- después fui a visitar a HeeChul hyung, cené con él y se me hizo tarde, discúlpame, estoy cansado, iré a dormir.

-¡Kyuhyun!- te detuve antes de que subieras las escaleras, me miraste fijamente -¿eso es todo? Te desapareces un día completo, me dices que has ido al hospital pero no me dices a que fuiste, ¿estás bien? –Pasé saliva con trabajo- y después te vas con HeeChul-hyung sin siquiera llamarme ¡una sola vez! –sonreíste, “hablamos después de que duerma” fue lo último que dijiste y subiste a nuestra habitación, suspiré, discutir no tenia caso, regresé a la sala y me recosté en el sofá hasta que el sueño me venció.
.

Abrí lentamente mis ojos, la habitación estaba demasiado iluminada, me desperecé y caí al suelo, reaccioné, estaba en la sala, recordé lo que había pasado la noche anterior.

-¿has despertado?- escuché tu voz, miré el reloj, diez en punto, ¿Cómo era posible que te hubieses despertado antes que yo? -¿quieres desayunar? He preparado hot cakes- ¿estabas en la cocina? Eso era aún más extraño, en todos los años que habíamos estado juntos, siempre había sido yo quien cocinaba; logré levantarme, me acerqué a ti, tenias puesto mi mandil rosa, me miraste fijamente, me abrazaste y me besaste, yo no opuse resistencia, pero eso es lo mas irreal que podía suceder, ¿estaba soñando?, serviste los hot cakes y los miré extrañado –he seguido la receta de la caja, incluso los he probado, son comestibles- sabías que dudaba de tus habilidades culinarias, pero guardé silencio y me senté a desayunar contigo, al parecer todo lo que habías preparado, si bien no era delicioso, no estaba mal.

-Kyuhyun-ah, respecto a ayer… ¿Qué te ha dicho el médico?- seguías comiendo sin siquiera mirarme

-Hablemos después de desayunar- volviste a evitar el tema- ¿Sabías que HeeChul-hyung está saliendo con Siwon?

-¿Qué? ¿Enserio? Escuché que pensaba darse una oportunidad con él pero no creí que… ¡espera! ¡No quiero hablar de nadie más que de nosotros! –te levantaste a dejar los trastos en el fregadero, serviste dos tazas de té verde, al tuyo lo endulzaste con miel y el mío con azúcar –Kyuhyun deja de evitarme- te volviste a sentar y me miraste fijamente

-La otra vez…-hablabas tranquila y pausadamente- cuando dijiste que tenias envidia de una de tus fans que era de tu edad y ya era madre de dos hermosos niños, ¿hablabas enserio? ¿Realmente quieres ser padre? –asentí, no entendí porque lo mencionabas, y no sabía qué pensar, aquello no contestaba ninguna de las preguntas que había hecho, sino, por el contrario, creaba más – tú y yo… bueno… siempre hemos sido cuidadosos con eso, al grado que pensé que así estábamos bien, pero últimamente, también lo he estado pensado- no comprendía nada y decidí esperar a que terminaras de hablar- estos días, no me he sentido muy bien de salud, sé que lo has notado, cuando bailamos me mareo, me canso rápidamente y me siento débil- me volví a preocupar- el día de ayer desperté a las cuatro de la mañana, me sentía realmente mal, pero no deseaba preocuparte, me abrigué y salí en dirección al hospital, llamé a Heechul hyung, nos encontramos en la entrada del Hospital Central de Corea, me hicieron diferentes exámenes por lo que tuve que quedarme internado toda la tarde –diste un sorbo a tu té – los resultados que recibí –diste otro sorbo y comenzaba a sentirme ansioso y desesperado – realmente no los esperaba, discúlpame, no me sentí capaz de regresar a casa, hyung…-volviste a sorber y no soporté más

-¡basta! ¡Déjate de rodeos y dime ¿qué es lo que pasa?!- siempre has sido tú el dominante por lo que esa vez tu mirada mostró un poco de sorpresa y temor al escucharme gritar

-Sungmin… estoy… estoy embarazado- Lo que sentí en este momento es algo indescriptible, no pude articular ni una sola palabra, algunas lagrimas recorrieron mis mejillas, pero eran lagrimas de felicidad, me puse de pie y llegué a tu lado, te abracé y te besé, acaricié tu vientre sobre tu camisa y también lo besé.

-Te amo Kyuhyun

-y yo te amo a ti Sungmin

Aquella era sin duda la mejor noticia de mi vida.

Recuerdos

El pelinegro tomó la botella de perfume, había pasado casi un año desde que no lo usaba; dudó un instante, pero, al final, roció aquel aroma cítrico, que le traía tantos recuerdos, sobre su cuello.

“-no me resistí, el aroma es tan fresco como tú – había dicho su novio al entregarle la botella, él inmediatamente lo abrió y dejó caer unas gotas sobre su cuello, provocando que, el más alto, siguiera con sus labios el recorrido de aquel liquido.”

Miró el calendario, pronto sería su cumpleaños, el primero que pasaría solo.
Guardó su uniforme y salió de su departamento. Amaba caminar bajo la lluvia y, aunque ahora aquellas caminatas lo pusieran nostálgico, no las cambiaría por nada.

“-El paraguas se ha roto Sungmin, ¿cómo planeas que salgamos?

-caminemos bajo la lluvia –rogó- tal y como en las películas, caminemos abrazados sin que nos importe nada más que nosotros y nuestro amor- el menor comenzó a reír, sin duda su novio pasaba demasiado tiempo viendo aquellas películas románticas, demasiado cursis para su gusto, aún así, no se negó, salieron, y antes de que pudieran completar por lo menos la mitad de su camino, sus trajes ya se encontraban completamente empapados, se detuvieron, comenzaron a reír ante tal escena, que si bien no era nada romántica, terminó con un dulce beso.”

La lluvia comenzó a caer con más fuerza y él apresuró su paso.

-limpia tus pies en el recibidor, no quiero que todo el suelo quede mojado – su amigo y compañero de trabajo, siempre solía recibirlo de ese modo, pues detestaba tener que limpiar una y otra vez, Sungmin obedeció, le dedicó una sonrisa a Donghae y entró al cuarto de empleados para ponerse el uniforme.

-¡Listo!-expresó con voz risueña – disculpa que me tardara Donghae, pero no encontraba mi gafete

-Está bien –el menor le sonrió tiernamente- entonces me iré –su turno había terminado; entró a la habitación de empleados y se despojó del uniforme –por cierto Sungmin –se dirigió a él antes de abandonar el lugar- aquel conejo que tanto te gustaba, se ha vendido minutos después de que llegaste, estoy seguro que el chico que lo escogió lo hizo para sí mismo, cuando entró miraba a todos lados y solo se calmó cuando lo encontró, además no pidió que lo envolviera

-vaya… eso es bueno, aunque, yo deseaba comprarlo en cuanto nos pagaran, realmente lo quería- se quejó haciendo un puchero

“-¡Por Dios, Sungmin!, ¡acabas de cumplir 25 años! ¡te he comprado una de las mejores botellas de vino y en vez de agradecerme lloriqueas por qué no te compré un estúpido conejo rosa! Ni siquiera yo que soy menor me intereso en esas cosas.”

-tendrá que ser en otra ocasión, ¡hasta mañana Min!- finalizó su compañero

-¡hasta mañana!

En cuanto su compañero se fue, encendió la radio, la misma estación del día anterior, la misma estación de siempre, una donde solo se escuchaban baladas; por lo menos, esperaba poder escuchar la voz de su antiguo amor por éste medio.

Una joven pareja entró a la tienda, iban tomados de la mano; la chica se acercó a preguntarle si tenían “muñecos para parejas”, asintió y les mostró un par de ositos que vestían camisetas de color rosa con letras bordadas que, al ponerlos juntos, formaban la palabra “AMOR”.

-además incluyen anillos emparejados

-¡son hermosos!- la chica estaba maravillada -¿Cuál es su costo?

-está bien cariño, los compraré para ti, por favor envuélvalos –él chico no había dudado ni un poco al ver feliz a su chica

-gracias por su compra- no le importaba que la gente opinara que trabajar en una simple tienda de regalos fuese poca cosa, el hecho de estar ahí y saber que podía ayudar a alguien a encontrar el regalo perfecto para sus seres queridos o para ellos mismos lo hacía feliz

-¿podemos comprar un pastel de chocolate?- escuchó decir a la chica mientras abandonaban el lugar, el chico asintió

-todo lo que quieras cariño- y los perdió de vista

“-¡te compré un pastel de fresas¡

-¿Qué? La compañía me ha pedido que haga dieta, lo necesito para mejorar mi imagen, ¡pensé que me ayudarías y en vez de eso ¿traes un pastel?!

-pero… es nuestro postre favorito…

-no, es TU postre favorito, no el mío, si quieres hacer algo bueno, déjate de tonterías y compra cosas de provecho”

Había sido un día tranquilo, el clima era, probablemente, el causante de ello. Tomó su chaqueta y abandonó la tienda, pero no regresó a su departamento, en su lugar, entró a un bar cercano, se sentó en la barra, pidió una cerveza y la bebió lentamente.

“-¡Kyuhyunnie!-un chico alto, de rasgos muy masculinos, una sonrisa encantadora y un cuerpo bien trabajado que se notaba aun con el elegante traje que vestia, se acercó a saludar a su novio- no pensé encontrarte por aquí

-¿te pido algo?

-lo mismo que estas tomando

Sintió curiosidad, su novio no solía ser tan amable con nadie, en cambio, a ese chico le hablaba como si se tratase de su mejor amigo, incluso, le había ofrecido un trago.

-¿Kyuhyun? ¿no nos presentaras? –su voz se había vuelto suplicante, pero no le agradaba estar siendo completamente ignorado

-¿m? si, Sungmin, él es Siwon, también es trainee; Siwon, él es Sungmin…

-soy su novio- se apresuró a decir, extendiendo su mano para estrechar la del compañero de Kyuhyun, en cambio el chico solo arqueó las cejas y sonrió de una manera forzada

-Siendo así, no quiero molestarlos- se acercó y susurró algo al oído del menor, quien le devolvió una sonrisa, y se fue”

-Si tomas solo y te emborrachas, no habrá nadie para que te lleve a tu departamento –la voz de su amigo lo sacó de sus pensamientos

-Hyuk, solo es una cerveza, no amaneceré tirado en la calle, además, ¿Qué haces tú aquí?

-te había dicho que conseguí un trabajo como mesero, hoy solo tengo medio turno, espérame una hora más y te acompañaré

-no, está bien, solo vine por una cerveza, ya me voy

-¿otra vez has estado pensando en él? –el pelinegro asintió- en dos semanas es tu cumpleaños y en tres harás un año soltero, ¡deberías estar feliz y planeando una doble fiesta!

-estoy bien, sabes que las fiestas no son lo mío, te veré después –se puso de pie, sintió la mano de su amigo tomando su muñeca

-Min… no te vayas… -bajó su mirada –solo, espérame un minuto, iré a decirle al gerente que necesito irme y luego le repondré las horas

-no, está bien, te esperare – se rindió, el más alto se mostró satisfecho ante la respuesta y no tardó en traerle otra bebida para hacer más amena su espera

“Había perdido la cuenta del numero de mensajes que había enviado y de las veces que había marcado sin obtener respuesta, estaba preocupado, su novio, desde que había sido aceptado como trainee, siempre traía consigo su móvil, se resignó y continuó cocinando, era su aniversario y quiso pensar que tal vez Kyuhyun le tenía preparada alguna sorpresa y por ese motivo no se había podido contactar con él.

Se había asegurado de que el departamento estuviera perfecto, había preparado la comida favorita de su amado y aun tenía tiempo suficiente para ducharse y arreglarse.

Se vistió con su camisa preferida, aquella de color rosado que le había regalado Kyuhyun en su primer aniversario, hacia ya tres años, y que solo utilizaba en ocasiones muy especiales, unos pantalones de un negro liso y sus zapatos, nuevos, los cuales lucían mas que impecables, peino su cabello hacia atrás y roció sobre su cuello suficiente perfume haciendo que el aroma a cítricos cubriera completamente la habitación.

Quince minutos antes de que llegara Kyuhyun, era tiempo suficiente para llevar la ropa sucia al cuarto de lavado y regresar a recibir a su amado. Sacó la ropa del cesto y un suave ruido de algo que había caído sobre la alfombra llamó su atención, era el móvil del menor, al parecer lo había dejado olvidado en el bolsillo del pantalón que había utilizado el día anterior. Se sintió aliviado de saber que ese era el motivo por el cual no había podido contactarlo, levantó el pequeño aparato y lo colocó sobre la mesita de noche, lo miró fijamente, tal vez borrar todos aquellos mensajes desesperados y el registro de llamadas no estaría mal. Lo encendió, afortunadamente no tenia contraseña, entro al menú de mensajería y comenzó a borrar uno a uno los mensajes que había enviado, de pronto, un nombre distinto al suyo apareció en aquella lista de “no leídos”: Siwon; sabía que no debía revisarlo, imaginó que era algo referente al trabajo, quizá le avisaba de alguna junta de la compañía, pero su curiosidad fue mayor.
‘Amor hoy tuve un evento en Busan, pero no he olvidado nuestra cita, llegaré un poco tarde, pero ahí estaré. Por cierto, ¿ya has hablado con tu novio? He sido paciente, pero no soporto la idea de seguir siendo el “otro”, te amo y te necesito solo para mí’
El aparató resbaló de entre sus manos, aquel mensaje tenía que haber sido enviado por error, quizá Siwon se había equivocado, quizá quería enviárselo a otro miembro de la compañía con el que salía, con otro miembro que tuviera un novio… un novio al que claramente le estaba siendo infiel…además, era imposible que Kyuhyun y él tuvieran una cita ese día, Sungmin le había pedido que llegara temprano y él no podía olvidar su aniversario.

Miró su reloj, pasaba de media noche, había esperado tres horas pero su novio aún no llegaba, tal vez se había quedado a practicar un poco más, o tal vez había tenido un accidente y estaba en el hospital, pero como había olvidado su móvil no se había podido comunicar con él, cualquier idea le parecía aceptable al lado de imaginar que Kyuhyun podría estar en ese momento con otro hombre.

Dos de la mañana, él seguía sentado a la mesa, esperando, la puerta se abrió de golpe permitiendo la entrada de un Kyuhyun visiblemente borracho, corrió a ayudarle pero el menor rechazó sus manos.

-¡No me toques!¡puedo sostenerme solo!

-claro que no puedes –paso por sus hombros el brazo derecho de su novio y con su brazo izquierdo lo sostuvo de la cintura, le ayudó a subir las escaleras y una vez dentro de la habitación lo recostó sobre la cama, le quitó los zapatos y desabrochó su camisa y su pantalón- ¿ha pasado algo en la compañía?¿porque estas así de borracho? Tú no te embriagas fácilmente…

-salí con unos amigos, ahora, déjame dormir

-¿¡Estabas con Siwon!?- no pudo callarlo más- acaso… él y tú…¿hay algo entre ustedes?

-No te importa lo que hay entre mis amigos y yo- a pesar de arrastrar las palabras su voz parecía seria y molesta- ahora, ¿podrías dejar de molestarme? Quiero dormir

-te estuve llamando toda la tarde, pero no contestaste

-olvidé mi teléfono

-lo sé, leí tus mensajes –confesó- sé sobre la cita que tuviste con Siwon- su voz comenzó a quebrarse, sentía como su pecho se oprimía con cada palabra

-¿y? ¡Por favor! No empieces con tus niñerías, no estoy de humor para tus escenas, ¿Cuántas veces necesito decirte que tengo sueño? Puedes venir a chillarme mañana

-¿Cómo pudiste salir con él? ¡Era nuestro aniversario! ¡Te pedí que llegaras temprano! ¡Arregle el departamento y preparé la cena! Pero, aun así ¿preferiste irte con él?

-¡si!- gritó de forma explosiva- ¡prefiero a Siwon que a ti en todas las formas posibles! Él no me hace ridículas escenas de celos, no me pide que le compre estupideces de niña ni hace berrinches cuando algo le molesta, me ayuda en el trabajo, prefiero hablar con él que contigo, prefiero pasar mi tiempo a su lado, y ¿sabes qué? También lo prefiero en la cama.

Sungmin guardó silencio, salió de la habitación y una vez que estuvo en la sala, rompió en llanto.

No esperó el amanecer, aprovechó el profundo sueño de Kyu y empacó sus cosas, por suerte la maleta había sido suficientemente grande para toda su ropa, miró su reflejo en el espejo, ¿Cómo habían llegado a ese punto? ¿Cuándo había dejado, su amado Kyuhyun, de quererlo?¿que había hecho mal? Desabrochó la camisa rosa que aun vestía, la dejó tirada en el suelo y antes de salir dejó una nota en la mesita de noche.

‘Kyuhyun: No tengo por qué seguir soportando todo esto, he dedicado cuatro años de mi vida a tratar de hacerte feliz, he dado todo lo humanamente posible de mi parte, pero, claramente he fracasado.
No te estorbaré mas tampoco, ahora puedes ser feliz al lado de Siwon.
Y a pesar de pesar de lo que ha ocurrido esta noche, te agradezco cada uno de los buenos momentos que pasamos juntos, por favor, sigue luchando por tus sueños.
Cuidate.
Adios.’

Abandonó el departamento, sabía que su amigo EunHyuk lo recibiría sin problemas y fue a él a quien acudió. Pasó días enteros llorando, apenas y probaba bocado, pero Hyuk había estado todo ese tiempo a su lado, cuidando de él y brindándole consuelo. Vivió con él cerca de medio año, hasta que consiguió aquel trabajo de medio tiempo en la tienda de regalos.

-No es necesario que te mudes, sabes que disfruto de tu compañía, ahora ésta también es tu casa

-Gracias Hyukkie, pero no quiero seguir siendo una carga, además, he conseguido ese departamento a un gran precio, aun así, no te libraras de mi –bromeó- te vendré a visitar muy seguido

-como quieras, déjame, pero me quedaré con los niños –señaló un par de osos de peluche que Min había llevado a casa semanas atrás- tú no puedes darles el amor y cuidados que yo les doy- dramatizó haciéndolo reír

-está bien anchoa chantajista, quédatelos –lo abrazó- te quiero, gracias“

Miró su vaso, estaba vacío, al igual que la botella que tenia al lado. ¿Cuánto había bebido?¿cuánto tiempo había pasado? Faltaban cinco minutos para que su amigo terminara su turno, o eso creía, lo buscó con la mirada, pero había demasiada gente y toda se veía borrosa. Había tomado más de lo que podía soportar. Se resignó, colocó sus brazos sobre la barra y recargó su frente sobre ellos, no le quedaba de otra que esperar ser rescatado por Hyuk.

Sintió como alguien se sentaba a su lado, pero no volteó, si era Eunhyuk tendría que hablarle.

-una copa de vino tinto- pidió aquella voz. Vino. Ahora odiaba el vino. –Francés está bien –aquella voz le era tan familiar, debía estar realmente borracho para estarla escuchando.

-¡Sungmin! ¡Ya he terminado! Ahora podemos… -los ojos del joven que se había sentado junto a Min no ocultaron su sorpresa, volteó a ver al chico que se encontraba a su lado, quien seguía con el rostro oculto -¿Qué haces aquí?

-Es un bar, puedo venir cuando quiera- El mayor reaccionó, no solo había escuchado ya la voz de su amigo, sino que además, estaba hablando con aquel sujeto a su lado, se levantó y miró a ambos atónito.

-Kyu…Kyuhyun…- trató de ponerse de pie, pero en cuanto abandonó su asiento perdió el equilibrio, unos brazos lo sostuvieron a tiempo, evitando que cayera –suéltame, puedo sostenerme solo

-Tonto, mírate, apenas y puedes hablar

-Déjalo, yo me hare cargo –Eunhyuk extendió sus abrazos, arrebatando al mayor de los brazos de aquel chico

-¡No me vuelvas a poner tus sucias manos encima!- Sungmin aprovechó la poca coordinación que poseía, tomó la copa de vino que se encontraba en la barra y la vació completamente sobre el traje del menor.

El rostro de Kyuhyun había tomado un tono rojo, haciendo visible su enojo. Abandonó su asiento y jaló al mayor del brazo evitando que se fuera.

-¿Qué crees que has hecho? ¡No te vas a ir así como si nada! –su autocontrol lo estaba abandonando

-¡Basta Kyuhyun! ¿No vez como ya está por TU culpa? Suficiente daño le has hecho, solo déjanos ir

El menor bajo la mirada, si, estaba molesto, pero aquellas palabras tenían razón, ya le había causado suficiente daño, volvió a su lugar y pidió una nueva copa. Desde aquella mañana no había hecho más que pensar en él, había deseado tanto poder verlo una vez más, había corrido tras la sombra de su recuerdo, pero ahora, ahora lo había tenido a su lado y no había sido capaz de nada más que de empeorar la situación. Tal vez lo mejor era tratar de olvidarlo, esta vez olvidarlo en serio. No. Le era imposible. Estaba arrepentido. Quería, no, anhelaba una oportunidad más para verlo. Ahora, no lo perdería otra vez.

Perfume

Tomó, desde el rincón de su closet, aquella camisa rosa que había estado olvidada por bastante tiempo. Respiró profundamente, sintiendo el ligero aroma a cítricos que aún conservaba la prenda.

Suspiró.

Si bien ya había pasado un año desde que, la persona a la cual había considerado el amor de su vida, se había ido, aquella fragancia hacía que él pudiera recordar perfectamente su rostro, su alborotado cabello negro, esos tiernos, risueños y expresivos ojos oscuros, una pequeña y fina nariz que rosaba suavemente con la suya cada que los labios de ambos se encontraban y una sonrisa que, sin importar lo pesado que hubiese sido el día, lo hacía sentir feliz.

Deseó verlo una vez más, tenerlo frente a él y poder abrazarlo.

Guardó la camisa, sacó otra de color blanco y terminó de vestirse.

Era una tarde lluviosa, pero a pesar de su falta de ánimo por ir al trabajo, abrió el paraguas y comenzó a caminar.

Las calles estaban casi vacías, las pocas personas que se veían, o corrían para llegar a su destino con la ropa lo menos mojada posible, o bien, se encontraban a salvo bajo un paraguas, como él. Recordó los días en que su dulce chico y él caminaban abrazados bajo la lluvia, deteniéndose solamente para darse un romántico beso, como en las películas.

El viento soplaba con fuerza, tenía frio y se arrepintió de no llevar alguna prenda más abrigadora. Sus pasos comenzaron a ser mas rápidos, estaba arrepentido y no dejaba de preguntarse ¿Por qué había escogido esa tarde para caminar al trabajo?

El paraguas cayó al piso, él estaba en shock, su mente debía estarle jugando una broma. Comenzó a correr, tan rápido como sus pies se lo permitían en aquellas aceras resbalosas, no le importaba si su fina ropa o su bien peinado cabello se arruinaban.

Trataba de alcanzar aquella sombra que le era tan familiar, y que a pesar de haberla visto tan solo unas calles adelante le parecía tan lejana. Tres calles y giró a la derecha, estaba seguro que lo encontraría ahí, pero se detuvo en seco al darse cuenta que no había nadie en aquella calle, ¿todo había sido producto de su imaginación? Él se negaba a creer eso, siguió caminando lentamente, mirando detalladamente a cada persona en cada comercio. Volvió a detenerse, esta vez, frente a una tienda de regalos, el aroma que salía de aquel lugar era, sin duda, el mismo de aquella camisa rosada; debía entrar, claro que debía, pero en ese momento sus piernas flaqueaban, su corazón se estaba volviendo loco y su respiración se agitaba cada vez más, ¿sería posible que hubiese sufrido todo ese tiempo por no poder verlo una vez más, y ahora el destino le había dado una oportunidad tan fácilmente?

Respiró profundamente y entró.

La cítrica fragancia invadía el negocio, pero, por más que miraba cada rincón del lugar, no había rastro de la persona a la que buscaba, en cambio, en el mostrador se encontraba un chico apuesto dueño de una mirada tierna y una sonrisa amable.

-¿Buscaba algo en especial? –escuchó aquella pregunta mientras seguía buscando con la mirada por todos lados

-¿m?…sí- sus ojos se posaron sobre un conejo de peluche color rosa, lo tomó y lo acercó al mostrador –solo esto por favor

-¿desea que lo envuelva para regalo? –negó y el dependiente solo lo guardó en una elegante bolsita que tenía el nombre del negocio en letras de un rosa brillante al frente.

Pagó, le dio las gracias al chico y salió resignado del lugar.

-eres demasiado cruel conmigo Sungmin… –había sacado al conejo de la bolsa y lo sostenía frente a él- ¿no podrías llamarme alguna vez?… Aunque fuese para decirme que eres feliz. – Suspiró – Debo estar volviéndome loco para hablar con un muñeco como si se tratase de ti…-sonrió de medio lado y continuó su camino pesadamente.

-¡Listo!-una voz risueña tomó por sorpresa al dependiente de la tienda de regalos –disculpa que me tardara Donghae, pero no encontraba mi gafete

-Está bien –dedicó una sonrisa al mayor- entonces me iré –su turno había terminado; entró a la habitación de empleados y se despojó del uniforme –por cierto Sungmin –se dirigió a su compañero antes de abandonar el lugar- aquel conejo que tanto te gustaba, se ha vendido minutos después de que llegaste, estoy seguro que el chico que lo escogió lo hizo para sí mismo, cuando entró miraba a todos lados y solo se calmó cuando lo encontró, además no pidió que lo envolviera

-vaya… eso es bueno, aunque, yo deseaba comprarlo en cuanto nos pagaran, realmente lo quería- se quejó haciendo un puchero

-tendrá que ser en otra ocasión, ¡hasta mañana Min!- finalizó el chico

-¡hasta mañana!